domingo, 27 de mayo de 2012

LA CULPA ES DE LOS MAESTROS


Llevo esta frase marcada a fuego desde hace mucho tiempo. La escucho, aunque es un alivio poder decir que cada vez menos, en todos sitios y colectivos diferentes: “la culpa es de los maestros”.
Si hiciéramos una encuesta y preguntáramos por qué el fracaso escolar tan elevado de nuestro país, la culpa sería nuestra. Si la pregunta fuera referente al absentismo escolar, la culpa sería nuestra. Si se analizara el aumento de la violencia escolar de manera desmesurada como lo está haciendo en los últimos años, la respuesta también iría en ese estilo. Y así podría seguir con innumerables aspectos y/o condiciones directamente relacionadas con la educación actual de este nuestro país.
Y mi pregunta es por qué. ¿Porque es lo fácil? ¿Porque siempre se mira la joroba del de enfrente? ¿porque los maestros seguimos teniendo esa etiqueta de funcionarios (el que lo sea, que no es el caso por ejemplo de esta servidora) “vivales” que hacemos de todo menos cumplir nuestro trabajo y que vivimos y cobramos mejor que queremos? Pues déjenme decirles, señores y señoras, que están muy equivocados.
La educación de todos y cada uno de los niños del mundo es responsabilidad y trabajo de tres pilares básicos que deben trabajar de forma cooperativa, dinámica y significativa: LOS DOCENTES, LA FAMILIA Y LA SOCIEDAD.
Referente al papel de los maestros tengo que comenzar diciendo que, como en cualquier otro colectivo (como en botica que diría mi abuela) los hay buenos, malos y regulares, pero les aseguro que la gran mayoría somos buenos, o al menos nos dejamos la vida en intentarlo. El ser maestro es vocacional sí o sí. Nadie que no sienta el magisterio como su estilo de vida es capaz de aguantar durante años el estrés y la dificultad que presenta diariamente convivir con un grupo de al menos 25 menores. Esto no es una excusa, es solo una realidad. Aún así…ay maestros!! ¿quién dijo que iba a ser fácil?
Actualmente, los maestros ya no somos meros transmisores de información y los alumnos entes pasivos que absorben como esponjas y vomitan en un examen lo que han podido almacenar. Ahora, somo medios, herramientas para facilitar a nuestros alumnos los cauces y las formas y/o habilidades requeridas para adquirir, a través de la experiencia y del ensayo-error los conocimientos (APRENDER POR COMPETENCIAS). Para ello, se requiere de un cuerpo de docentes activos, dinámicos, en constante reciclaje y, sobretodo, con los medios necesarios para poder desarrollar positivamente su labor.
En cuanto a la sociedad tenemos dos vertientes. La primera es que vivimos en una sociedad donde el consumismo y la imagen son sobrevalorados. Una sociedad que últimamente ha confundido la libertad que nos fue prohibida años atrás en un libertinaje sin medida donde todo vale y todo está permitido. Una sociedad cuya escala de valores no entiendo ni comparto, aunque debo reconocer que me veo diariamente arrasada por ella porque es muy difícil nada contracorriente. ¡Hasta la estructura de la entidad familiar ha cambiado! Ahora los niños, desde bebés, por necesidad básicas en unos casos o por lujo en otros pasan con su familia el mínimo tiempo posible y, claro, “para un rato que le veo no le voy a regañar”.
Además, el sistema educativo actual…. Bueno, espera ¿qué sistema educativo? Porque la verdad, una ya no sabe a qué legislación tiene que atenerse. Cada dos o tres meses salen decretos y reales decretos que los maestros tenemos que empaparnos y llevar a cabo, y cuando comienzas a descifrarlos resulta que sale un proyecto de ley o un borrador que cambiar el artículo tal y cual.
Cada vez que hay elecciones, las leyes educativas cambian drásticamente…otra vez a empezar de nuevo. Pero… “la culpa es de los maestros”
Pues desde aquí quiero decir que nuestro sistema educativo no es que sea malo, es que NO EXISTE. En el aula hacemos lo que buenamente podemos (el que lo intenta, que hay que decirlo todo) acorde a legislación vigente y con el ojo puesto en las próximas elecciones y los proyectos de ley. SEÑORES POLÍTICOS DE NUESTRO PAÍS, el sistema educativo debe ser uno independientemente del que duerma en Moncloa. Todos ustedes tienen que hacer ese esfuerzo que nos solicitan a nosotros para, de forma conjunta, significativa y coherente, diseñar un sistema educativo que responda a las necesidades e intereses de los niños, adolescentes y jóvenes de nuestro país por la sencilla razón de que se trata de la futura sociedad. Una sociedad que deberá mantener este país a flote y que anda vagando por tierras de nadie.
Y a esta necesidad inminente, los maestros debemos sumarle esfuerzo, decisión, vocación y trabajo. Y la familia dejar de escupir balones fuera y tomar las riendas de sus hijos porque, al fin y al cabo, en el centro pasan únicamente 5 horas al día.
Me gustaría adjuntar a esta reflexión en alto un artículo que espero sirva de ayuda a los padres y madres en la difícil y admirable tarea de criar a un hijo.

                                                                                              Margarita Álvarez

2 comentarios:

  1. Los políticos tienen mucha culpa, ya que la educación está muy mal llevada. Pero los profesores si pusieran mucho más de su parte sería cuando no diríamos que la culpa es de los profesores.

    El problema de los profesores es que no se interesan para nada en la educación que dan a sus alumnos, y no hablo tan solo del profesorado, sino también de la directiva de los centros que ven como sus propios compañeros yerran una y otra vez sin hacer nada para detenerles. Los profesores se pisan unos a los otros para no hacer guardias, en huelgas van al centro a firmar (para no perder el sueldo) pero no imparten clases y un larguísimo etc.

    Cuando el profesorado del 100% entonces nos toca mirar a los políticos para poder decir que realmente son ellos los únicos que no hacen nada, pero ahora ni políticos y la gran mayoría del profesorado no quieren dar una buena educación.

    La educación que se le da a un menor en casa es igual de importante que la que un profesor debería dar en el centro de estudios pero en esta sociedad desbordada por la corrupción a todos los niveles de la sociedad nadie quiere educar. Así que antes de quejarnos vamos a mirarnos nosotros mismos para ver que tengo que cambiar para mejorar la sociedad a través de cada individuo. Cuando los padres se responsabilicen de sus hijos, el profesorado podrá educar y cuando las nuevas generaciones cultas y bien educadas salgan a la sociedad limpiarán en gran medida la corrupción política.

    El fin de la corrupción es la cultura y la educación, pero a nadie le interesa educar a las nuevas generaciones.

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  2. Las generalizaciones son injustas. En todo caso, tengo la suerte de conocer a muchos profesores y profesoras que se dejan la piel en la difícil tarea de educar...
    Los padres también hemo dejado atrás muchas de nuestras funciones, aunque tampoco sería justo generalizar.
    Quizás sería mejor intentar actuar de forma conjunta por el bien de estos niños, adolescentes y jóvenes. Ellos son el proyecto más importante que tenemos entre manos padres y profesores. ¡¡¡Adelante!!!

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